”En Almería no nacemos con un pan debajo del brazo, nacemos con un huerto”, así podría resumirse la realidad de muchísimos niños y niñas almerienses. Pero sobre todo, de más de una decena de ellos que con menos de tres años ya cultivan sus propias fresas y flores en un pueblo del Valle del Almanzora.
Una iniciativa que nace de la Escuela Infantil Maestra María González Reche, de Oria, donde los alumnos de entre 0 y 3 años participan en el cultivo de su propio huerto.
Y es que, según explica la directora del centro, Eva María Martínez, la idea del huerto escolar surge debido al entorno rural del municipio. "Aquí es raro la familia que no tiene su propio huerto en casa, entonces los niños ya venían familiarizados con estos conceptos”.
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Los alumnos de la Escuela Infantil Maestra María González Reche trabajan en el huerto escolar |
Desde luego, uno se imagina todo un zafarrancho de arena, de agua y de semillas...cuando piensa en niños y niñas de tan temprana edad volcados en este tipo de tarea agraria. De hecho, lo más lógico sería pensar que los menores a penas participan de las tareas de plantación. Pero, nada más lejos de la realidad, “ellos son los protagonistas de este proyecto en todo momento. Trasplantan las macetas y riegan...algunos necesitan ayuda pero siempre son protagonistas", asegura la directora.
Cada uno tiene su propio macetero, con su nombre y ven como van creciendo sus plantas, “ver sus caras de alegría cuando las ven crecer no tiene precio”, comenta la Eva María. El objetivo, es claro: fomentar valores de cuidado por el medio ambiente, sembrando, regando y en un futuro próximo recolectando sus frutos o viendo crecer sus flores.
Aunque si bien, Eva María Martínez, recuerda que este modesto jardín “aún está en una fase de iniciación. “Vamos a pequeña escala”, aunque desde el centro esperan que este proyecto sea un éxito que haya nacido para acompañar a los pequeños más allá de las aulas.
Y es que uno de los frutos con más éxito en la plantación han sido las fresas. Un cultivo, que según cuenta Eva María tendrá su primera producción cuando finalicen las clases lectivas. “La idea es que al acabar el curso se lo puedan llevar a casa y continuar la labor en ella”.
La iniciativa ha tenido éxito entre los pequeños, pero este no ha sido menor entre los padres y madres, ampliamente familiarizados con temas agrícolas y que aseguran están deseando que los pequeños degusten una de sus propias fresas.
