jueves, 27 de mayo de 2021

Benjamín Soriano: “Me duele en el alma no poder abrazar a una persona, que llega y quiere compartir lo que ha sentido”

El actor y director de escena almeriense nos habla de sus sentimientos y de los proyectos con los que regresa a las giras teatrales

La mejoría en la situación respecto a la COVID-19 ha permitido que se den los primeros pasos para el regreso de la cultura a diferentes lugares de España. Como no podría ser de otro modo, el teatro también comienza a ponerse en marcha, y el equipo de Benjamín Soriano prepara una gira con nuevos proyectos: La violación de Lucrecia, Damas primeras, primeras damas y Tiempo de oscuridad.

Noticias de Almería ha tenido la oportunidad de charlar con el artista sobre esta nueva aventura, así como de sus sensaciones a la hora de afrontar el teatro en el contexto de la pandemia. Benjamín Soriano se muestra “muy ilusionado porque todo esto pase definitivamente”, y comprometido con su adaptación del texto de William Shakespeare, La violación de Lucrecia, donde se narra la historia del abuso sexual a una dama romana: “una adaptación maravillosa que hemos hecho a propósito de este texto, este poema narrativo que vuelve de nuevo a ser para mí una herramienta útil para denunciar la violencia de género”, declara el actor.

Soriano concibe el teatro como un espejo social: “hay un rasgo indeleble, creo, en mi carrera y en mi modo de estar en este oficio, junto a mi equipo, que pretende permanentemente, a parte de lo lúdico del teatro, visibilizar determinados conflictos que están siendo siempre una lacra en la sociedad, como es el maltrato”. Esta no es la única pieza donde lleva a cabo reivindicaciones a favor de la mujer ya que, con su proyecto de Damas primeras, primeras damas (que parte de la idea de un grupo de universitarias implicadas con la visibilización de género), elabora una pieza de “conferencia dramatizada” donde se repasa la obra de mujeres importantes para las Humanidades.

Nombres como el de Sor Juana Inés de la Cruz o Isabella Andreini le sirven a Benjamín Soriano para llevar a cabo “un recorrido histórico sobre determinadas mujeres” que se aleja de la tradicional conferencia y aprovecha el tirón dramático del formato teatral para entrar, según declara el propio actor, en la psiquis de estas figuras tan importantes para la sociedad, que “han sido referentes en el comportamiento y también dentro de las artes escénicas y del teatro”.

Soriano asegura que a los actores les mueve mucho la causa, apoyándose en su idea del teatro como un espejo social: su otra obra clave para este nuevo año, Tiempo de oscuridad (sobre la vida de San Juan de la Cruz), fue representada “al servicio de las enfermedades raras”. Con este tipo de acciones, al dramaturgo y a su equipo les gusta “poner el trabajo al servicio de las ideas y al servicio de los derechos humanos”, aunque estos últimos dos años la labor teatral ha sido muy compleja.

El equipo de este almeriense cuenta con un sistema de trabajo y una conceptualización seria de la cultura que le ha llevado a no exponerse demasiado mediáticamente, lo cual “conlleva un peaje, cuesta también luego llenar los teatros cuando estamos tan desamparados con la COVID”. Aunque las instituciones públicas siempre cuentan con su labor, Benjamín Soriano declara que “ahora se ven sin dinero y sin posibilidad de rentabilizar lo que programan, porque el aforo es del 30%”. Las limitaciones que suponen las medidas sanitarias generan inquietud, aunque no les llevan al desánimo: el equipo está centrado en cerrar contratos este verano, y el actor nos cuenta que “nuestra ilusión es que los teatros se llenen de gente, se tomen todas las medidas que haya que tomar (tanto nosotros como la organización) y volver de nuevo al escenario”.

Sin embargo, Soriano no deja de echar de menos la cercanía que antes intentaba promover con su público: “Es como ir con una pierna menos: nuestro oficio es muy físico, muy de entregarnos a la gente, compartir es muy emocional y cuando se establece esa distancia, es imposible. Me duele el alma no poder abrazar a una persona, que llega y quiere compartirte, compartir lo que has sentido y lo que has recibido”. Destaca el papel que las audiencias tenemos en el momento de la representación, considerando que los espectadores de la obra son “tu fuente de alimentación”, pero la pandemia ha agudizado ya las distancias que existían entre el interprete y la gente que acude al teatro. “Es como si tuvieras que aprender a vivir de nuevo”, declara el dramaturgo.

Actualmente, Benjamín Soriano y su equipo se encuentran trabajando en la organización de sus próximas representaciones: “tenemos fechas pendientes y estamos trabajando sobre ello”. Su equipo se encuentra ya en marcha, ensayando y preparando el regreso de la cultura segura a los teatros, así como esperando al público que sin duda disfrutará de sus obras.

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