Cuando los penúltimos rayos del sol de la tarde visten el invierno primaveral en la lejanía de los Filabres , el crepúsculo de febrero dibuja de halos rojizos el horizonte de la Tetica de Bacares. El rasgueado de los monótonos pasos del otoño de la vida se apodera de los amplios pasillos del centro de mayores ‘Alcalde Bartolomé Sánchez Moreno’, de Oria., que acoge a unos 45 inquilinos. Unos de esos pasos son los de Manuela Viciana Sánchez, ‘Manoli’, una veterana residente.
El paradero de Manuela ha sido una incógnita para sus hermanos y sus tres hijas durante más de una década, desde que, tras permanecer ocho meses en el hospital de Torrecárdenas, llegó a esta residencia por medio de los servicios sociales, allá por el año 2009, después de haber escrito no pocas páginas inconclusas. Nacida y criada en Melilla, Manoli ha residido en diferentes lugares de España hasta que recaló en Almería, donde los zarpazos del alma y los arañazos del destino la llevaron al “sinhogarismo” durante un puñado de años.
Receta del mes
A iniciativa de la dirección del centro, en estrecha colaboración con la responsable de la cocina, hace algunos años que se estableció ‘la receta del mes’, un sistema de participación en el que los mayores y sus recuerdos culinarios son los protagonistas. Entrevistados por la cocinera, los residentes muestran la preferencia de un primer plato, un segundo o un postre, aquel que tantos buenos recuerdos les trae a su mente y que tanto significa para ellos volver a comerlo. Manuela no dudó en elegir la sopa de marisco, cuya receta le enseñó una amiga durante el tiempo que vivió en Oviedo, cuyos ingredientes detalla de memoria: Calamares, mejillones, gambas, almejas, panga, cebolla, pimiento rojo, ajo, pimentón, vino blanco, aceite y sal, con o sin fideos. “Y un secreto –añade Manuela-, la alegría y el amor que siempre puse cuando la cocinaba”. Olalla tomó buena nota y todos este plato tan especial.
Siguiendo el protocolo de la propuesta, la receta, como otras muchas, quedó colgada en la página web de la residencia. Al cabo del tiempo, un buen día, el teléfono del centro recibió la llamada de una voz femenina que preguntaba si allí residía Manuela Viciana Sánchez.
Reencuentro
La voz interrogante era la de Ana Viciana, quien al ver la receta de la sopa de marisco recordó el plato cocinado por su hermana, Manuela, de quien no sabía nada desde hacía más de una década. A los pocos días, Manuela fue llamada a la sala de visitas, donde se reencontró con su hermana, su hermano Guillermo y su cuñada, Fátima, quienes se desplazaron desde Melilla hasta la localidad almeriense para abrazar y besar a la hermana desaparecida. Atrás quedaron los años de desconocimiento del paradero de la hermana ausente y la incertidumbre de su estado vital, gracias al trabajo y a las artes culinarias de Olalla Díaz.
Las sorpresas no quedaron varadas en este primer reencuentro. Semanas más tarde, Manuela se hallaba en la explanada del centro cuando de frente se detuvo un vehículo: “Me quedé mirando –expresa- y vi bajarse del coche una muchacha bastante alta, una niña y un hombre. Me fijé y me pregunté ¿es mi Mónica?. Y sí , era una de mis tres hijas, la de en medio, con mi nieta, que no conocía, y su pareja. No me lo creía. Y no veas cómo me emocioné, tanto en el encuentro con mis hermanos como con mi hija.” La mujer no sale de su asombro y no cesa de exclamar: “¡Hay que ver las cosas que tiene la vida!. Nunca pensé que por una simple sopa de marisco me iban a encontrar”. Una sorpresa de la que no es ajena Olalla, la cocinera que hizo posible “el milagro”, quien dice estar “muy orgullosa, porque gracias a una sopa, a una elemental sopa, esta mujer es feliz por haber encontrado a su familia, y viceversa”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios vertidos sobre cualquier entrada de este Blog, son propiedad de quien los envía. Cada cual debe de hacerse responsable de su contenido. Por favor comente con respeto y educación, gracias.