Las fiestas populares tienen la culpa de que Almería cuente con una de las mejores tiradoras al plato de toda la geografía nacional. María José González tiene en su ADN las tiradas, su padre competía en este deporte y ella y su hermano iban a verlo cada fin de semana. Ella sentía una pasión especial desde la grada, pero no había experimentado la sensación del disparo hasta que en unas fiestas patronales le pidió a su padre que le dejara disparar.
El olor a pólvora quemada, la adrenalina que se suelta cuando el arma experimenta el retroceso, el nerviosismo previo al disparo cuando se está cargando de munición la escopeta. "Me encantó", repite en varias ocasiones esta almeriense, que iba a pasar de simple aficionada a Deportista de Alto Rendimiento en Gádor: "Una vez que me saqué el permiso de armas, hablé con mi pareja para que unos amigos me prestaran su escopeta. Me planté con mi Beretta en el Campo de Tiro de los Juegos Mediterráneos y en el primer día conocí a Manuel Lores, el culpable de verme metida en este follón. Me animó para ir a la Copa del Rey, fui... y hasta hoy", dice orgullosa.
Esos puntos suspensivos resumen una trayectoria que es más difícil de recordar que acertar con el plato mientras surca los despejados cielos del Bajo Andarax. Campeona Provincial de Foso Olímpico y Universal en varias ocasiones, finalista del Campeonato de España Absoluto de 2016, subcampeona autonómico de ambos fosos el pasado año y en éste, campeona andaluza y subcampeona española de foso universal y subcampeona de la Copa de la Guardia Real. "Siempre se puede mejorar y, de hecho, he de hacerlo. Es muy importante seguir creciendo, aprendiendo y enriqueciéndote de cada entrenamiento y competición".
Para llegar a estas altas cotas competitivas, María José se pega auténticos palizones a diario. Por la mañana, coche hacia el Hospital del Poniente en El Ejido, donde trabaja. Por la tarde, cuando a cualquier ser humano le apetece echarse una siesta para reponer fuerzas, ella carga el maletero de su coche con sus escopetas y coge la carretera de las Alpujarras rumbo a Gádor. "Entreno menos horas de las que debería y, aún así, le dedico muchísimas horas de mi tiempo libre. Al contrario de otras compañeras, no me dedico exclusivamente a este deporte, lo compagino con mi trabajo. Por muy cansada que llegue, siempre cojo mi escopeta y me voy a entrenar", tanto cuerpo como mente: "Es un deporte mental al cien por cien, es concentración más que físico. Es muy importante cuidarse físicamente, sobre todo en el tema de la alimentación y la hidratación durante la competición, pero sobre todo psicológicamente. Yo hago entrenamiento con la escopeta y entrenamientos mentales, tienes que saber mantener la concentración a la hora de pedir el plato, cualquier pequeño despiste, por pequeño que sea, te cuesta un cero", explica.
Además de una excelente tiradora, María José trabaja desde su club, CD Desafío Plato, para que la cantera almeriense tenga futuro en este deporte. "El club lo creamos con muchísima ilusión José María Díaz, Manuel Pedrosa, Blas Sánchez y yo. Desafío Plato nació con el objetivo de fomentar el tiro en Almería y de tener un lugar donde los deportistas pudieran entrenar, recibir cursos de formación y tecnificación, además de intercambiar opiniones y pasar buenos momentos. Empezamos nosotros cuatro ¡y ya somos más de cincuenta! Entre los socios contamos con tiradores como Fátima Gálvez, campeona delmundo y representante olímpica, y el tirador paralímpico y también campeón del mundi, Meliton Briñas", dice la almeriense antes de dedicar unas cariñosas palabras a todos los que le apoyan: "Siempre tengo presente a Blas, mi pareja, a mis padres y mi hermano, a los 4 magníficos del CD Desafío Plato, y como no, a mi patrocinador Cartuchos GB y a los Ayuntamientos de Gádor y Oria".
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