Los hidrogeólogos de la Asociación Por la Defensa del Agua de los Vélez que analizan el informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir presentado por el Subdelegado del Gobierno adelantan su desacuerdo con el mismo. Está previsto que presenten en los próximos días sus conclusiones.
Mientras, la directiva de la Asociación afirma “que no nos podemos resignar ni aceptar, que el informe presentado hace unos días por el Subdelegado del Gobierno y firmado por el Comisario de Aguas de la Cuenca del Guadalquivir, lo podamos asumir y esperar tranquilamente a que una vez agotados nuestros recursos y contaminados los que queden, quizás algún día en un acto de humildad poco frecuente, alguien reconozca que estaban equivocados.
Nunca hemos negado que existe una grave situación de sequía, que desgraciadamente parece prolongarse cada vez con más frecuencia y con peores consecuencias. Pero nos negamos a aceptar lo que indica el informe para justificar la bajada del caudal de los manantiales de los Vélez, de que en la zona oriental del acuífero (los Vélez) llueve menos que en la zona occidental (en Orce a 30 kilómetros de Vélez Blanco). Con un simple vistazo a las mediciones de la pluviometría que hace la administración autonómica hemos comprobado que eso no es así, llueve lo mismo, si acaso algo más en los Vélez.
Pero precisamente por la situación de sequía alarmante, no se debería permitir que se estén explotando esta cantidad de recursos de forma irracional y masiva y por tanto afectando a los aprovechamientos en cuantía diversa dependiendo de la posición de los mismos respecto de la zona de riego.
También es chocante, que en el año 1999 la Confederación Hidrográfica reconociera que el acuífero estaba sobreexplotado y ahora, después de 16 años de explotación salvaje y menos lluvia, diga que el acuífero está en buen estado porque la explotación en conjunto de los pozos lechugueros no llega al 15% de los recursos disponibles.
Que alguien base sus conclusiones en una supuesta divisoria hidrogeológica, nos parece una temeridad y más aún si se admite que se esa divisoria es invariable y que no se ve afectada por la extracción de ocho millones de metros cúbicos al año. Las cuestiones de la interpretación de la naturaleza, no podemos supeditarlas a la interpretación de unos cuantos datos escasos, en todo caso podremos formularlos como teoría, pero nada más.
Queremos nuestra vega, queremos nuestros pueblos. Desde hace más de cien mil años el agua ha estado fluyendo por los manantiales de la zona Oriental de la Sierra. Desde hace más de mil hay un aprovechamiento racional y ordenado de esas aguas, que riegan una vega de mil quinientas hectáreas, (que consume menos de la décima parte por hectárea que una plantación de lechugas) declarada protegida con la figura de paisaje agrario singular. Los olivos son centenarios y algunos puede que milenarios. Esto no puede ponerse en peligro de la noche a la mañana por el afán de unos pocos en atesorar riquezas con el beneplácito de las administraciones competentes, en especial la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Fuente: Teleprensa.com
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